jueves, 27 de abril de 2017

Sancancio como área de interés ambiental

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Propuesta para el POT: 

Propone la SMP de Manizales declare a Sancancio, el cerro tutelar de Manizales y su principal referente urbano-ambiental, Área de Interés Ambiental, y adquirirlo para resolver el uso conflictivo en el escenario deforestado, al convertirlo en reserva para recuperar sus laderas de protección, proporcionando el bosque nativo. Mientras el bosque andino con su espesura absorbe la lluvia torrencial, también con sus raíces densas y profundas al amarrar el suelo, previene los fatídicos deslaves que han asolado a Aranjuez.

Si nuestras montañas jóvenes con sus frágiles laderas, dadas las condiciones climáticas y de sismicidad del trópico andino, en zonas de fuerte pendiente no intervenidas tienen un factor de seguridad de largo plazo cercano a uno, otra es la situación tras la destrucción del bosque andino y los modelados antrópicos, ya que dicho equilibrio límite de estabilidad, ha quedado consolidado, con eventos de 156 mm como el de Abril 19 de 2017, similar a otros del primer lustro del siglo cuyas cuantías entre 130 y 150 mm, ponen en evidencia probables cambios en la amenaza hidrogeológica por acortamientos del período de los eventos climáticos extremos.

El Cerro Sancancio pese a su gran fragilidad dada la cobertura de suelos relacionados a cenizas volcánicas en laderas de alta pendiente, es un corredor biológico expuesto a las diversas acciones antrópicas del medio urbano que en él operan, razón por la cual requiere de una intervención integral e inmediatamente que permita implementar acciones de restauración ecosistémica, e implementar los usos adecuados del suelo acordes con su futura proyección.

Para el efecto, además de la investigación de los impactos asociados a las acciones antrópicas, se requiere el reconocimiento visual del territorio por parte de expertos en diferentes temas, a fin de determinar no solo los componentes y atributos del paisaje con sus cualidades y valores, sino y sobre todo, con el propósito de identificar, además de las dinámicas actuales de las diferentes disrupciones antrópicas generadas, las relaciones entre causas e impactos ambientales que explican las transformaciones de dicho territorio.

Como referente, el cerro Sancancio es un domo volcánico de1,2 millones de años de antigüedad, asociado a una extrusión de lava andesítica, que con un área de 57,3 Ha, equivalentes al 77% de las 74.22 Ha del área protegida, y con cerca de 300 m de altura, se erige hasta los 2220 m snm. Veamos la zonificación que elaboró en 2000 la U.N. Sede Manizales.

  • 1- Si en la base del Cerro o piedemonte del otero, aparecen barrios de extracción popular como Malhabar, Fátima y Aranjuez entre otros menos conocidos, la pregunta es qué relación se da entre estos asentamientos y la amenaza de desplazamientos o avenidas torrenciales, para inferir las acciones de la comunidad en torno al cuidado del Cerro y el paisaje del lugar.
  • 2- Ya en la zona media, a nivel de la Clínica San Juan de Dios, habrá que considerar un área de parqueo y un equipamiento público para regular el acceso al Cerro Sancancio dejando el acceso vehicular restringido, para implementar un bulevar con énfasis peatonal y ciclovía y un sistema de telesillas. Al respecto, el transporte motorizado será únicamente de carácter administrativo y de apoyo logístico.
  • 3- En la cima del morro, el escenario deberá reservarse no solo como un mirador para el análisis ambiental de la ciudad y la cuenca del Chinchiná, sino también para el desarrollo de múltiples expresiones culturales (religiosas, cívicas, etc.) y actividades de carácter comercial, lo que incluye espacios para productores artesanales de bienes y servicios comunitarios.

Pero adicionalmente, para hacer viable el aviturismo soportado por guías comunitarios de los barrios periféricos deberá existir una red de senderos ecológicos tal cual lo propusiera la UN en 2000, para conformar itinerarios que tejan los observatorios de las estructuras ecológicas de interés, y los miradores ubicados en las intersecciones de los senderos, lugares donde se deben desarrollar áreas de estancia equipada con bancas, puntos de agua y sombrillas.

Se propone vincular a los jóvenes de las comunidades del entorno para que conformen la red de amigos vigilantes del cerro Sancancio y generen los bienes y servicios (aviturismo, artesanías, culinaria) que se ofrecerían}, con lo cual se facilitaría la conservación y apalancaría el desarrollo ecoturístico bajo la connotación paisajística en este lugar estratégico, donde el carácter de Área Protegida de Interés Ambiental del medio urbano de Manizales, permite incentivar el desarrollo privado y la integración predial para hacer viable un uso del suelo compatible con la función social y ecológica del suelo, en dicho territorio.

* Por. Gonzalo Duque Escobar.

Socio de la SMP. Manizales, 27-04-2017.

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  Fuentes Bibliográficas:       

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IMAGENES RELACIONADAS:

Áreas en riesgo de Aranjuez y de Barrios Persia y González


Arriba: La Unidad de Gestión del Riesgo (UGR) señaló las zonas que, inicialmente, no podrán habitarse de nuevo. En Aranjuez son 43 viviendas las que están contra la ladera del Cerro Sancancio, más las cuatro que fueron destruidas. Fuente: La Patria.

Abajo: Entre el Persia, bajo y alto, y González, se estiman que son unas 290 viviendas señaladas en rojo. Sin embargo, la UGR indicó que aún hacen falta estudios definitivos.Fuente: La Patria.

jueves, 20 de abril de 2017

Manizales debe garantizar protección de laderas

http://agenciadenoticias.unal.edu.co

Ciudad & Territorio

En las zonas urbanas afectadas por las fuertes lluvias en la capital de Caldas, además de las altas pendientes y de los frágiles suelos, convergen circunstancias antrópicas (por parte del hombre) relacionadas en especial con la ocupación conflictiva de laderas de protección y cauces periurbanos.

Manizales, 20 de abril de 2017 — Agencia de Noticias UN-





El Cerro Sancancio de Manizales está siendo monitoreado constantemente.

Así lo explicó Gonzalo Duque Escobar, profesor de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales y miembro del Consejo Territorial de la ciudad, al referirse a la emergencia ocurrida en la noche del martes 18 y madrugada del miércoles 19, que cobró por lo menos 16 vidas y dejó 75 viviendas arrasadas y 400 familias afectadas.

Según el docente, “por décadas, con el modelo de ocupación del territorio, la debilidad institucional y la falta de herramientas normativas y tecnológicas orientadas a resolver dicha problemática se ha venido construyendo la vulnerabilidad del hábitat que explica la tragedia”.

En la ladera de Sancancio (el cerro tutelar de la ciudad), la sustitución del bosque primario por coberturas agroforestales ocasionó que la abundante lluvia, que no pudo ser retenida por la vegetación, se transformara en torrentes que erosionaron el suelo para producir un deslave cuyas peores consecuencias se dieron en el barrio Aranjuez, donde se repitió lo vivido en Mocoa.

A raíz de lo anterior, el profesor Duque Escobar destaca que en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Manizales se deben contemplar los instrumentos normativos suficientes para restarle la presión antrópica a las frágiles laderas, que son las zonas de protección de la ciudad.

De igual manera es necesario replantear el alcance y la cobertura de los estudios geotécnicos y de los factores de seguridad para ajustarlos a los nuevos periodos de retorno de las amenazas climáticas, dada su exacerbación asociada con el calentamiento global.

Otros desafíos

La gestión ambiental del riesgo hidrogeológico en Manizales es de largo aliento: en los años setenta la migración del campo a la ciudad por la revolución verde llevada con el monocultivo del caturra (café) a las zonas cafeteras, propició el surgimiento de asentamientos no planificados que hoy, 40 años después, se encuentran consolidados.

A pesar de los esfuerzos de reubicar zonas subnormales como La Playita y El Nevado, existe una deuda ambiental que, por las nuevas dinámicas del clima andino, obliga a extremar los esfuerzos. Esto se debe a que aunque los instrumentos de monitoreo liderados en la U.N. para producir alertas tempranas y otros desarrollos tecnológicos para controlar la erosión han sido exitosos, todavía no son suficientes. De ahí que la investigación en el alma mater continúen.

El profesor Duque recomienda controlar las prácticas perversas que se expresan en el mercado del suelo en las zonas de protección de la ciudad y en la invasión de los cauces en los que se destruyen los agentes de conectividad biológica.

En opinión del docente, se debe implementar la plusvalía urbana para hacer viable un POT que pueda llevar infraestructura ambiental y asegurar las zonas ya intervenidas, lo cual supone ponerle límite a los procesos de especulación del suelo.

Para atender las demandas socioambientales asociadas con la fragilidad del medio citadino y rural en la ecorregión cafetera, este desastre deja como lección que no solo se debe reconocer la falta de adaptación ambiental a los fenómenos naturales, sino también la necesidad de implementar un modelo urbano más verde y más humano, pensado desde la perspectiva antropocéntrica y no solo para el hombre. (Por: Fin/JDMP/MLA/LOF)N.° 611
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PD: 
Propone la S.M.P. de Manizales declarar reserva a Sancancio, el cerro tutelar de Manizales y su principal referente urbano-ambiental, y adquirirlo para resolver el uso conflictivo en el deforestado escenario recuperando sus laderas de protección, estableciendo el bosque nativo. Mientras el bosque andino con su espesura absorbe la torrencial lluvia, también con sus raíces densas y profundas al amarrar el suelo, previene los fatídicos deslaves.   
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Dios perdona, la naturaleza no: experto sobre tragedia en Manizales


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El ingeniero Gonzalo Duque dijo que en las laderas de Ecorregión Cafetera han destruido 2.7 veces la superficie apta para los bosques.
Caracol Radio20/04/2017 – 15:26  (AJUSTADO por GDE)
El Profesor de la Universidad de Manizales, Gonzalo Duque, explicó en Caracol Radio por qué la capital de Caldas es tan sensible a las torrenciales lluvias, que asocia al cambio climático, a pesar de los importantes esfuerzos y logros en la gestión de riesgos de esta ciudad.
Primero, comenzó por explicar que Manizales empezó siendo una aldea encaramada en lo alto de una colina. Al pasar de los años, el mercado convirtió las áreas rurales en urbanas y el problema es que el Estado siempre mostró debilidad jurídica.
Ahora la naturaleza “está pasando factura” por la forma en que se han utilizado los suelos. “No se trata de un castigo de Dios; sólo que por el uso conflictivo del suelo, la naturaleza nos está pasando la cuenta de cobro”, dijo.
Según explicó, mientras los potreros en la Ecorregión Cafetera deberían ser solo el 4 %, esa cifra está actualmente en el 48 %. Y reveló que en ésta se ha destruido 2,7 veces la superficie destinada a los bosques.
“Si tuviéramos bosques habría raíces. Y si el bosque retiene el agua lluvia, también con sus raíces amarra el suelo. (…) Necesitamos bosques para la protección de cauces y laderas”, explicó.

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–ANEXOS:
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Sancancio antes mostrando la ladera deforestada:  en http://www.skyscrapercity.com

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Sancancio ahora mostrando múltiples zonas de deslave:  en El Colombiano

La dureza de una tragedia

La dureza de una tragedia
LA PATRIA. EDITORIAL. Jueves, Abril 20, 2017

Fecha de publicación:
Jueves, Abril 20, 2017

Cerca de 156,4 milímetros de lluvia durante la noche del 18 y el amanecer del 19 de abril, que es el promedio aproximado de precipitaciones en un mes en tiempo normal en Manizales, llevó a que se produjera una emergencia que aún nos tiene sorprendidos a todos. De acuerdo con el más reciente informe oficial 16 personas murieron y 7 siguen desaparecidas, mientras que hubo 23 lesionados, 100 viviendas afectadas y unas 400 familias evacuadas en forma preventiva en 25 barrios. En la capital de Caldas es de ingrata recordación la madrugada del 5 de noviembre del 2011, cuando 48 personas perdieron la vida en un gran deslizamiento de tierra en el barrio Cervantes.

En otros crudos inviernos, como los del 2008, 2010 y 2012, también se tuvieron situaciones complicadas por numerosos derrumbes e inundaciones, pero sin víctimas mortales, por fortuna. Ahora volvemos a padecer el dolor que deja la muerte en este tipo de hechos, que nos remontan a épocas como las de mediados de los 80 y principios de los 90, cuando barrios como San Fernando, La Carolita, La Sultana, 20 de Julio y otros más, casi siempre habitados por personas humildes, se convirtieron en tristes cementerios. Esta vez ya fue necesario declarar la alerta roja y la calamidad pública.

Ahora el llamado más urgente es por la solidaridad con quienes han tenido que sufrir en carne propia el rigor del invierno. Además de las ayudas ciudadanas que llegarán por varios canales, que ojalá se unifiquen a través de la Cruz Roja, se requiere que el Gobierno Nacional apoye en forma decidida a Manizales para que los sectores afectados renazcan y que los damnificados reciban la mejor atención posible mientras pueden echar a rodar de nuevo sus proyectos de vida. Quienes lo perdieron todo, inclusive familiares, deben recibir un apoyo más allá de la triste coyuntura que hoy padecen. El presidente Juan Manuel Santos que ayer visitó los lugares de la tragedia ya se comprometió a entregar una ayuda efectiva a la ciudad.

Es cierto que el Municipio y Corpocaldas han construido importantes obras de estabilización en todo Manizales, y que así se han podido mitigar los efectos del invierno durante varios lustros, pero lo ocurrido ayer nos pone de frente ante la realidad de que seguimos siendo muy vulnerables, y donde menos se espera es posible que se produzca una emergencia causada por el invierno. Esto nos deja como lección que en ningún momento podemos relajarnos y creer que si pasa el tiempo sin tragedias es porque ya estamos lejos de todo riesgo por lluvias.

Ante hechos tan palpables como que el Cerro de Sancancio parece derretirse, que lugares que no estaban en el inventario de alta vulnerabilidad ahora están en esa lista, es clave que reflexionemos como ciudad acerca de la relación que tenemos con el entorno y la cada vez más apremiante necesidad de no solo construir más obras públicas de estabilidad, sino de fortalecer la protección del medio ambiente, los bosques, las riberas de los ríos y demás lugares que al ser maltratados son punto de arranque de desastres. Son lecciones que deben quedar claramente traducidas en herramientas de planificación como el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).

Los niveles de humedad del suelo en la ciudad son bastante altos, y esperamos que no ocurran más aguaceros como el de antenoche. En las actuales condiciones podrían venir nuevas emergencias de dimensiones incalculables, ojalá que no. En el mediano y largo plazo se requerirá que de manera juiciosa la Administración Municipal y Corpocaldas, con el apoyo del Gobierno Nacional, ejecuten más obras de estabilización de laderas y trabajen en trasladar a lugares seguros a las familias que hoy están en zonas de riesgo.

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